El virus que debilita al equipo y sus resultados
¡Es lunes!, ¡Hoy llueve!, ¡El sistema nunca funciona!, ¡Este cliente me tiene harto!, ¡Mi jefe es un incompetente!, ¡Tengo demasiado trabajo!, ¡No tengo tiempo! ….. NO, NO QUIERES QUEJARTE, pero si como un fumador pasivo estás rodeado de quejicas, sin quererlo te tragas sus quejas constantemente como si de humo de un cigarro se tratara! Y SI, AUNQUE NO LO QUIERAS, esto acaba afectando tu motivación, rendimiento y bienestar, y también la de tu equipo.
Según Gallup, cerca del 20% de la plantilla son quejicas crónicos y afectan la propia productividad, contagiando negativamente también la productividad y bienestar de su entorno. Otros estudios indican que la mayoría de empleados pasan 10 o más horas al mes quejándose o escuchando las quejas de otros. Y casi un tercio pasan 20 horas o más al mes haciéndolo.
(Gallup)
¿Tu equipo tiene quejica crónicos?
Hace años cuando lideraba equipos de atención al cliente heredé un equipo de quejicas. Era como estar en un patio de colegio. ¡Nunca había visto algo así! Hasta que no me di cuenta de qué estaba pasando me daba de golpes de cabeza contra la pared de la frustración que sentía. El nivel de autonomía, y por ende de resultados era muy bajo. Y un día lo vi claro, el problema era el hábito de la queja.Por el motivo que fuera ese equipo había construido el hábito de la queja, y se quejaba por todo sin excepción.
Pronto detecté 2 tipos de quejicas:
El quejica victimista: siente lástima por sí mismo/a y tiene una gran dosis de autocompasión acompañado de un constante lloriqueo y lamentación. Sus problemas siempre son mayores o peores que los de cualquiera, y busca incesantemente que le compadezcan.
El quejica totalista: se queja de todo, no importa qué. Sea cual sea el tema de conversación, el proyecto en el qué trabajar, las medidas de mejora a implementar, el quejica totalista encontrará siempre algún motivo para quejarse y criticar. Nunca nada estará bien y se convierte en un serio freno para cualquier iniciativa.
Ambos perfiles solo generan quejas tóxicas.
¿El problema?
Que el impacto que la queja tiene en el rendimiento y bienestar de un equipo es tan tóxico que se hace imperativo erradicarla.
Aquí tienes algunos de los impactos más comunes:
- Bajo nivel de autonomía y responsabilidad: necesitan de alguien que resuelva los problemas.
- Bajo nivel de proactividad e iniciativa: se quedan instalados y atascados en la queja.
- Destruye la capacidad de innovación y creatividad para la búsqueda de soluciones.
- Pérdida de tiempo.
- Desgaste de energía.
- Resultados individuales y de equipo mediocres.
- Pérdida de foco de los líderes: acaban centrándose en apagar fuegos para el equipo.
- Resultados mediocres del líder por tener que invertir en tareas que no le corresponden.
- Se hace difícil delegar tareas, por miedo o pereza a tener que lidiar con su queja.
- Distribución de tareas no equitativa: se delega más a los que no se quejan.
- Aumento del nivel de estrés del líder y de los colaboradores autónomos y responsables.
- Aumenta el nivel de absentismo.
- Se construyen relaciones desde la negatividad impactando en la motivación y retroalimentando la queja
- Destruye todo espíritu de cooperación y cohesión de equipo.
- Hace que las cosas parezcan peor de lo que realmente son: favorece el foco en lo negativo sin ver otras opciones.
- Se convierte en un hábito difícil de cambiar.
- Aumenta el nivel de frustración, malestar emocional e infelicidad en el trabajo.
- Impacta seriamente la salud de los quejicas y de los que están a su alrededor.
- Contagio de los colaboradores que en un principio no se quejaban.
- Pérdida de talento: Los colaboradores autónomos y responsables abandonan la compañía cansados de la falta de madurez en el equipo.
¿Te imaginas el impacto que esto puede llegar a tener en tu organización?
Aunque entiendo que la queja es un mecanismo de defensa e incluso una reclamo de atención, a menudo está ligada a una baja inteligencia emocional y una baja capacidad de resiliencia.
Entrenar a tus equipos a gestionar las quejas de una manera constructiva y productiva y será una de las acciones que mayores beneficios te aportará.
Si estás buscando enfocarte en algo para mejorar el clima, el bienestar y el rendimiento de tus equipos, el curso Construyendo el hábito de la resiliencia de factorOh! ofrece las claves para un cambio de actitud en el equipo pasando del foco en los problemas a la búsqueda de soluciones, con los beneficios que ello conlleva.
Si tienes alguna consulta sobre el caso de tu organización en particular, ponte en contacto conmigo para explicarme la situación y qué quieres conseguir. Conjuntamente analizaremos la idoneidad de invertir en esta solución para tu organización. Y en caso que no se ajuste a las necesidades te animaré a buscar otras soluciones, incluso con otros proveedores. Porque lo importante es que puedas dar respuesta a una necesidad real con soluciones reales. ¡Buenas quejas constructivas!
Foto: www.gratisography.com
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