(Veure la versió en català a sota)
Siempre es un honor cuando un alumn@ enriquece el debate tras el envío de algún artículo. Y en esta ocasión lo compartido ha sido este proverbio tibetano que me ha hecho reflexionar a raíz del envío del artículo “La autonomía emocional en tiempos de crisis”.
“La tragedia debería ser utilizada como una fuente de fuerza”.
Culturas diferentes abordan la tragedia de manera diferente. Y aunque el poder conectar con la fuerza que nos puede brindar una tragedia sería lo deseable, en mi opinión nuestra cultura y educación no siempre nos ha facilitado el poder lograrlo. No obstante, hay personas que si lo logran.
Así, pues, ¿Qué hacen estas personas para lograr conectar con la fortaleza en medio de una tragedia o tras haberla vivido?
- Nivel de autoconsciencia alto: Normalmente son personas que ya han hecho un trabajo previo de desarrollo personal o que están aprovechando la tragedia en la que se encuentran para hacer dicho trabajo. A mayor nivel de autoconsciencia, mayor aprendizaje de la experiencia y más facilidad para poder identificar nuestras fortalezas que se derivan de ella.
- Aceptación de la vivencia: Seguramente tras un shock inicial, e incluso es muy probable que hayan experimentado cierta resistencia o negación durante un tiempo intentando evitar lo inevitable de la vivencia, experimentando emociones tales como la ira, la frustración e impotencia, la tristeza y la angustia debido a la incertidumbre y sensación de injusticia de la situación. Todo ello forma parte del proceso de duelo en una tragedia. Pero al ser el nivel de autoconsciencia más alto pueden transitar de manera emocionalmente más efectiva por cada fase del duelo. Para poder ver la tragedia como fuente de fuerza es imprescindible una gestión del duelo consciente.
- Aceptación de la pérdida: Todo duelo conlleva un sentimiento de pérdida inevitablemente. Pero el cómo se vive la pérdida determinará si la experiencia de la tragedia será fuente de fortaleza o no. Hay personas que se pasan años, o incluso el resto de su vida, sin poder aceptar la pérdida, con el profundo sufrimiento que desgraciadamente ello conlleva.
- Aceptación de la propia vulnerabilidad: Paradójicamente lo que nos hace fuertes no es intentar ser fuerte en todo momento sin mostrar nuestro dolor, debilidad o vulnerabilidad. Ello nos obliga a tener que sostener una “máscara de fuerte” que nos conduce a una incoherencia interna entre cómo nos sentimos y cómo actuamos, que tarde o temprano nos pasará factura emocionalmente hablando, e incluso en otras facetas de nuestra vida. Lo que nos hace fuertes es saber aceptar esa parte de vulnerabilidad, darle un espacio para elaborarla y gestionarla e incluso compartirla con personas de confianza. Ello nos permitirá aprender de ello para ésta y futuras tragedias, así como regular emocionalmente mejor por el efecto de desahogo que produce el simple hecho de compartir cómo nos sentimos con otra persona.
- Derecho a sentirse vulnerable: No sólo se trata de aceptar la vulnerabilidad, sino de darse el derecho y espacio de poder conectar con ella. En situaciones de tragedia es muy común que las personas de alrededor nos den consejos sobre lo que debemos y no debemos hacer. A menudo, y creo que es algo bastante cultural, se nos dice “hay que ser fuerte y tirar para adelante”, pero ello castra la necesidad de conectar con el dolor, castra el derecho a sentir ese dolor para poder gestionarlo adecuadamente. Aunque dichos consejos son dados con la mejor de las intenciones, no siempre son los más acertados y no siempre ayudarán de la mejor forma a quién está transitando por la tragedia.
- Tener compasión hacia un@ mism@: Que no es lo mismo que autocompadecerse , lo que nos acercaría más a una actitud victimista. Tener compasión hacia uno mismo nos permitirá poder aceptar dicha vulnerabilidad y darnos el derecho y espacio para gestionarla. Se trata en definitiva de ser generosos con nostros mismos. A menudo aprendemos a ser más compasivos con los demás que con nosotras mismas. Se trata pues de cuidarnos sin flagelarnos si caemos en la debilidad o nos equivocamos fruto de la intensidad emocional que estemos sintiendo. Se trata de ser comprensivos con nosotros mismos. En definitiva, de querernos y respetarnos.
- Saber pedir ayuda: Es una señal de inteligencia emocional cuando alguien es consciente que necesita ayuda y sabe pedirla, ello requiere un nivel de autoconsciencia alto, saber aceptar la propia vulnerabilidad y un equilibrio adecuado entre ego y humildad. Cuando nos encontramos en medio de una tragedia esto es fundamental y a menudo marca la diferencia. Gestionar una tragedia en la soledad hace la experiencia mucho más dura y difícil, por eso si nos es posible debemos identificar cuál va a ser lo que el gestión del duelo se llama “red de apoyo” o incluso pedir ayuda terapéutica profesional.
- Consciencia que el sufrimiento es transitorio: Las personas que logran conectar con su fortaleza a raíz de una tragedia tienen la consciencia que el sufrimiento generado por la tragedia es parte del proceso, pero que a su vez es y será temporal, lo que les ayuda a relativizar en momentos en que el sufrimiento es intenso.
- Actitud de superación que albergue la esperanza que la tragedia se puede superar: A pesar de que en ocasiones podamos sentir un dolor y sufrimiento intensos, una sensación de desconsuelo, inutilidad o desesperanza, poder conectar con una voluntad y actitud de superación con la esperanza que vamos a superar dicha tragedia nos ayudará enormemente.
- Actitudes propias de la autonomía emocional como las descritas en el artículo “La autonomía emocional en tiempos de crisis”: tales como no caer en la queja improductiva, centrarse en buscar soluciones en vez de centrarse y retroalimentar el problema, dejar de lado actitudes victimistas que nos dan una sensación de indefensión ante la tragedia y aumentan el nivel de sufrimiento, centrarse en aquello que se puede controlar y sobre lo que se puede actuar, autogestionar el “¿Y si?” para no caer en el miedo irracional etc… En definitiva, actitudes que nos ayudan a ser más resilientes ante la adversidad, la pérdida, la tragedia y el duelo.
- Darle un sentido a la tragedia: Esto solamente es posible si el nivel de consciencia es alto, sino será realmente complicado. ¿Qué he aprendido de la tragedia? ¿En qué me ha cambiado? ¿Son mis prioridades de vida las mismas o lo que era importante antes ahora ya no lo es? ¿Qué es importante para mi tras esta experiencia? ¿Cuáles son mis nuevos objetivos de vida? ¿Cómo quiero vivir mi vida a partir de ahora? …
Si mantenemos el foco en estos aspectos tendremos muchas más oportunidades de ver la tragedia como una fuente de fuerza. No obstante, hay tantas maneras de vivir una tragedia como personas, y es necesario legitimar y respetar la manera en la que cada cual buenamente encuentra para afrontar el propio dolor.
¡Muchísimas gracias Rut por compartir!
¡Cuidaros mucho por favor!
¡Un fuerte abrazo!
NOTA IMPORTANTE:
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PROVERBI TIBETÀ: LA FORÇA RERA LA TRAGÈDIA: REFLEXIÓ
Sempre és un honor quan un alumn@ enriqueix el debat arrel d’algun article. I en aquesta ocasió el què s’ha compartit ha estat aquest proverbi tibetà que m’ha fet reflexionar fruit de l’enviament de l’article “L’ autonomia emocional en temps de crisi”.
“La tragèdia hauria de ser utilitzada com a font de força”.
Cultures diferents aborden la tragèdia de manera diferent. I encara que el poder connectar amb la força que ens pot brindar una tragèdia seria lo desitjable, en la meva opinió la nostra cultura i educació no sempre ens ha facilitat el poder aconseguir-ho. No obstant, hi ha moltes persones que si ho aconsegueixen.
Així doncs, què fan aquestes persones per a aconseguir connectar amb la fortalesa enmig d’una tragèdia o després d’ haver-la viscut?
- Nivell d’autoconsciència alt: Normalment són persones que ja han fet un treball previ de desenvolupament personal o que estan aprofitant la tragèdia en la que es troben per a fer aquest treball. A major nivell d’autoconsciència, major aprenentatge de l’experiència i més facilitat per a poder identificar les nostres fortaleses que se’n deriven d’ella.
- Acceptació de la vivència: Segurament després d’un shock inicial, o inclús és molt probable que hagin experimentat certa resistència o negació durant un temps, intentant evitar lo inevitable de la vivència, experimentant emocions tals com l’ ira, la frustració i impotència, la tristesa i l’angoixa degut a l’ incertesa i sensació d’ injustícia de la situació. Tot això forma part del procés de dol en una tragèdia. Però al ser el nivell d’autoconsciència més alt poden transitar de manera emocionalment més efectiva per cada fase del dol. Per a poder veure la tragèdia com a font de força és imprescindible una gestió del dol conscient.
- Acceptació de la pèrdua: Tot dol comporta un sentiment de pèrdua inevitablement. Però el com es viu la pèrdua determinarà si l’experiència de la tragèdia serà font de fortalesa o no. Hi ha persones que desgraciadament es passen anys, o inclús la resta de la seva vida, sense poder acceptar la pèrdua, amb el profund patiment que desgraciadament això comporta.
- Acceptació de la pròpia vulnerabilitat: Paradoxalment allò que ens fa forts no és intentar ser forts en tot moment sense mostrar el nostre dolor, debilitat o vulnerabilitat. Això ens obliga a haver de sostenir una “màscara de sóc fort/a” que ens condueix a una incoherència interna entre com ens sentim i com actuem, que tard o d’hora ens passarà factura emocionalment parlant, i inclús en altres facetes de la nostra vida. El què ens fa forts és saber acceptar aquesta part de vulnerabilitat, donar-li un espai per a elaborar-la i gestionar la i inclús compartir-la amb persones de confiança. Això ens permetrà aprendre’n per a aquesta i futures tragèdies, així com regular emocionalment millor per l’ efecte que desfogar-se produeix el simple fet de compartir com ens sentim amb una altra persona.
- Dret a sentir-se vulnerable: No només es tracta d’acceptar la vulnerabilitat, sinó de donar-se el dret i espai per a poder connectar amb ella. En situacions de tragèdia és molt comú que les persones del voltant ens donin consells sobre el què hem de fer i no fer. Sovint, i crec que això és quelcom bastant cultural, se’ns diu “cal ser forts i tirar endavant”, però això castra la necessitat de connectar amb el dolor, castra el dret a sentir aquest dolor per a poder gestionar-lo adequadament. Encara que aquests consells són donats amb la millor de les intencions, no sempre són els més encertats i no sempre ajudaran de la millor forma a qui estigui transitant por la tragèdia.
- Tenir compassió cap a un@ mateix@: Que no és el mateix que autocompadir-se , cosa que ens aproparia més a una actitud victimista. Tenir compassió cap a una mateixa ens permetrà poder acceptar aquesta vulnerabilitat i donar-nos el dret i espai per a gestionar-la. Es tracta en definitiva de ser generosos amb nosaltres mateixos. Sovint aprenem a ser més compassius amb els altres que amb nosaltres mateixes. Es tracta doncs de cuidar-nos sense flagel·lar-nos si caiem en la debilitat o ens equivoquem fruit de la intensitat emocional que estem sentint. Es tracta de ser comprensius amb nosaltres mateixos. En definitiva, d’estimar-nos i respectar-nos.
- Saber demanar ajuda: És una senyal d’intel·ligència emocional quan algú és conscient que necessita ajuda i sap demanar-la, això requereix un nivell d’autoconsciència alt, saber acceptar la pròpia vulnerabilitat i un equilibri adequat entre ego i humilitat. Quan ens trobem immersos en una tragèdia això és fonamental, i sovint marca la diferència. Gestionar una tragèdia en la soledat fa l’experiència molt més dura i difícil, per això si ens és possible cal identificar quina serà, el què en gestió del dol s’anomena, la nostra “ xarxa de suport” o inclús demanar ajuda terapèutica professional.
- Consciència que el patiment és transitori: Les persones que aconsegueixen connectar amb la seva fortalesa arrel d’una tragèdia tenen la consciència que el patiment generat per la tragèdia és part del procés, però que alhora és i serà temporal, cosa que els ajuda a relativitzar en moments en què el patiment és intens.
- Actitud de superació que albergui l’esperança que la tragèdia es pot superar: Malgrat que en ocasions podem sentir un dolor i patiment intensos, una sensació de desconsol, inutilitat o desesperança, poder connectar amb una voluntat i actitud de superació amb l’esperança i determinació que ho superarem ens ajudarà enormement.
- Actituds pròpies de l’autonomia emocional com les descrites en l’article “L’ autonomia emocional en temps de crisi”: com per exemple no caure en la queixa improductiva, centrar-se en buscar solucions en comptes de centrar-se i retroalimentar el problema, deixar de costat actituds victimistes que ens donen una sensació d’indefensió davant la tragèdia i augmentar el nivell de patiment, centrar-se en allò que podem controlar i sobre el què podem actuar, autogestionar l’ “I si?” per a no caure en la por irracional etc… En definitiva, actituds que ens ajuden a ser més resilients davant l’adversitat, la pèrdua, la tragèdia i el dol.
- Donar-li un sentit a la tragèdia: Això només és possible si el nivell de consciència és alt, sinó serà realment complicat. Preguntes com les següents ens poden ajudar: Què he après de la tragèdia? En què m’ha canviat? Són les meves prioritats de vida les mateixes o allò que era important abans ara ja no ho és? Què és important per a mi després d’aquesta experiència? Quins són els meus nous objectius de vida? Com vull viure la meva vida a partir d’ara? …
Si mantenim el focus en aquests aspectes tindrem moltes més oportunitats de veure la tragèdia com una font de força. Amb tot però, hi ha tantes maneres de viure una tragèdia com persones, i cal legitimar i respectar la manera que cadascú bonament troba per afrontar el propi dolor.
Moltíssimes gràcies Rut per compartir!
Cuideu-vos molt si us plau!
Una abraçada ben forta!
NOTA IMPORTANT:
- SABER MÉS SOBRE EL DOL: Si vols saber més sobre el dol et recomano la formació impartida per Alba Payàs i el seu equip del centro IPIR (Institut de psicologia Integrativa Relacional), per a mi l’Alba és un dels referents més importants del nostre país. http://www.ipirduelo.com (+34) 935 028 083.
- ATENCIÓ GRATUÏTA: En aquests moments IPIR ofereix atenció gratuïta durant el període d’estat d’ alarma decretat pel govern d’ Espanya, tant a familiars en dol pel Covid-19 com a sanitaris afectats per la situació d’emergència.
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